Sirva este apartado para justificar la principal causa de nuestra total falta de objetividad al juzgar a todos aquellos que han hecho posible lo que nosotros denominamos “la locura de la M-30”. Esperamos que tras leer este apartado muchos entiendan porque nos es imposible ser imparciales con los que quieren tirar nuestra casa, que comprendan que nuestra pureza no es tal que podamos olvidar a nuestro atleti al escribir estas páginas, que entiendan que no se puede eliminar un sentimiento que nos cala los huesos…soy del atleti, de igual manera que tengo mal genio o diabetes,...de manera incontrolable e inevitable.